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"Ganymede", horror y sexualidad en un drama adolescente

En "Ganymede", la nueva propuesta de terror de los directores Colby Holt y Sam Probst, me encontré en un momento cuestionando si la película no era demasiado obvia. La trama gira en torno a Lee Fletcher (Jordan Doww), un joven luchador de secundaria que crece en un hogar profundamente religioso y lidia con su sexualidad. Esta reflexión surge durante una escena en la que Lee recoge basura en un parque junto a Kyle (Pablo Castelblanco), un chico gay abiertamente que se enfrenta al acoso de algunos compañeros. En ese instante, me pregunté: ¿los adolescentes aún se preocupan por estas cosas? 

"Ganymede" se suma a la reciente ola de cine de terror queer y explora el arquetípico adolescente gay en el armario. Lee, atrapado entre sus deseos y la presión de una familia cristiana que jamás aceptaría sus diferencias, se convierte en el protagonista de un relato que combina romance incipiente, un pastor moralista y un monstruo grotesco, todo bajo la dirección de Holt y Probst. El guion, cargado de emoción, a veces parece caer en la obviedad de su metáfora terrorífica, pero a pesar de eso, la película ofrece un estudio de personaje desgarrador, respaldado por la sólida actuación de Doww, aderezada con imágenes inquietantes. 



Con la presión creciente de sus padres conservadores (Robyn Lively y Joe Chrest), Lee comienza a desmoronarse mentalmente, mientras mantiene la imagen de un atleta estrella. Holt y Probst destacan la impresionante fisicalidad de Doww a través de numerosas escenas sin camiseta, pero su actuación va más allá de ser un mero atractivo visual; su dedicación al entrenamiento es un intento de ocultar sus vulnerabilidades. La relación que establece con Kyle, quien se une a él para recoger basura, se fortalece tras un enfrentamiento con dos matones, donde Lee defiende a su amigo, revelando su valentía. 

Lee es un joven con un futuro prometedor, estrella del equipo de lucha, con un padre influyente en la comunidad. La película aborda, sin ambages, temas reales como la homofobia y las terapias de conversión, y el estrés que estas situaciones ejercen sobre las familias, además de la hipocresía de quienes citan la Biblia para condenar el amor entre personas del mismo sexo, ignorando otros mandamientos. A pesar de esto, "Ganymede" evita caer en el sensacionalismo, aunque la inclusión de la terapia electro convulsiva puede resultar impactante, sin importar cómo se aborde. A medida que la historia avanza y Lee se encuentra con Kyle, su secreto se vuelve más difícil de ocultar, y comienzan a aparecer los monstruos, tanto humanos como sobrenaturales. 



A primera vista, podría parecer una combinación inusual, y algunos podrían argumentar que la película podría haber funcionado sin el elemento fantástico. Sin embargo, la forma en que los problemas familiares, los secretos y la sexualidad se entrelazan con el estilo gótico sureño le da un toque de originalidad a una trama que, aunque familiar, se siente bien ejecutada. 

En resumen, "Ganymede" es un drama bien escrito y actuado que integra su elemento sobrenatural de manera efectiva. Es una película que vale la pena ver para quienes buscan un poco de escalofríos atmosféricos con su drama.