Desde el pasado 5 de junio se puede volver a disfrutar en la cartelera porteña teatral de "El asistente". Una obra creada por Sofía González Gil que regresó a escena luego de su estreno del 2022 en el Centro Cultural San Martín. Su vuelta a las tablas confirma su pertinencia y el acierto de su propuesta, un soplo de aire fresco en la cartelera local. La pieza invita al público a conocer un universo poco explorado: el del trabajo detrás del escenario, la tensión previa al estreno y el sinfín de imprevistos que pueden surgir. Esta nueva temporada, con funciones los jueves a las 20:30, en el Teatro El Extranjero, Valentín Gómez 3380, CABA.
La Trama: Una Emergencia Escénica
Esta historia sitúa al espectador en el interior de un teatro prestigioso. La obra entreteje ficción y realidad, con vestuarios de época y una escenografía sin terminar. La historia se despliega a partir de una situación de emergencia: el director de la obra a punto de estrenarse ha desaparecido del teatro. En su lugar, el asistente de dirección se ve forzado a asumir un rol que no le corresponde: liderar el último ensayo antes del estreno. El elenco necesita ajustar muchos detalles, y nadie puede saber la ausencia del director. Con este punto de partida, la obra construye una comedia de enredos, con egos desbordados y momentos de gran comicidad.
La trama pone el foco en la aguda labor del asistente de dirección. Mientras tanto, el elenco ensaya una escena de "Un enemigo del pueblo", el texto emblemático de Ibsen, sin lograr el resultado buscado. A horas del estreno, los actores insisten en conseguir la escena perfecta, cada uno a su manera. Dos intérpretes de gran trayectoria, de la vieja escuela, se contraponen a una joven actriz que recién comienza, elegida por sus seguidores en las redes sociales. A esta situación se suma la desaparición de la directora, a quien los intérpretes más experimentados consideran sin la capacidad para el proyecto. Este detrás de bambalinas es el espacio donde la obra crece. La confrontación entre el texto original de Ibsen y el de Sofía González Gil genera momentos deliciosos. Allí, los personajes hablan de la situación actual del teatro y de la relación con el público. Esta parte resulta exquisita y goza de gran acierto.
Dirección, Actuaciones y Técnica: Un Ensamblaje Preciso
La dirección de Sofía González Gil es muy certera. Muestra un dominio del ritmo escénico, con aciertos al acelerar y al frenar la acción. De buen ritmo, con una estructura clara y bien sostenida. La escenografía, a cargo de Alejandro Goldstein, es simple pero cumple a la perfección su rol. Aprovecha todo el espacio de la sala y dota a la obra de una cualidad palpable, una sensación de tiempo real. Esta es otra de las virtudes de la obra. El diseño de vestuario de Camila Castro Grinstein y la iluminación de Samir Carrillo completan un diseño técnico efectivo que realza la propuesta.
El cuarteto actoral se muestra impecable, con interpretaciones logradas por parte de cada integrante. Ximena Banús, Francisco González Gil, Diego De Paula y Agustina Cabo se lucen en sus personajes. Cada uno representa un arquetipo distinto del mundo teatral: la actriz consagrada que no acepta críticas, la joven actriz llena de dudas, el actor experimentado que se cree el centro del universo y el asistente que busca, como puede, evitar el desastre. Francisco González Gil merece una mención especial; su actuación es maravillosa y su personaje, el del asistente, es el de mayor riqueza. Francisco demuestra una solvencia que lo convierte en un nombre atractivo para seguir en la escena local. Sin embargo, todos los actores rinden a un nivel alto.
El Teatro desde Adentro
"El asistente" consigue la sensación de espiar un ensayo real. Quienes han participado alguna vez en una producción teatral reconocerán más de una situación. Aquellos que solo han sido espectadores comprenderán cuántas emociones entran en juego antes de que se abra el telón. La obra transmite los nervios, el orgullo herido, las inseguridades, todo con un ritmo que no decae. Es una de esas obras para recomendar. Además de provocar risas, lleva a la reflexión sobre la complejidad del hacer teatral, sobre todo lo que no se ve y sobre el esfuerzo, a veces caótico, que precede a una función.
En definitiva, esta es una propuesta creativa, con un elenco sólido y una dirección que sabe muy bien lo que quiere contar. Siempre resulta una alegría encontrar estas gemas del teatro independiente. La obra demuestra la posibilidad de hacer arte de gran calidad sin grandes recursos, pero con muchísimo talento.