"Ámame un poquito" es un viaje al corazón. Desde el primer instante en el que uno cruza la puerta de ese café improvisado en el escenario, se siente la calidez de las historias que lo habitan. Esta obra coral, que mezcla teatro, danza y música, no solo invita a recordar, sino también a confrontar sentimientos.
Es un espacio donde las risas se entrelazan con las lágrimas, donde cada personaje revive amores pasados y conflictos no resueltos. Una experiencia que no deja a nadie indiferente. Las funciones son los domingos a las 20hs, en Savia Espacio Cultural, Jufré 127, CABA.

La creación de esta obra tiene raíces profundas en la investigación de las obras de Pina Bausch. Al explorar el movimiento y la emocionalidad, los creadores han logrado un producto que resuena en la realidad de muchos. La idea de que los vínculos son un entramado complejo, lleno de texturas y colores, se manifiesta en cada escena. En un momento, uno puede encontrar a un personaje compartiendo su dolor, y al siguiente, la música original de Oliver Bo actúa como un bálsamo, envolviendo al espectador en su calidez.
La trama, construida a través de un juego vertiginoso de cambios de roles, presenta a los personajes compartiendo fragmentos de sus vidas. Cada historia se siente íntima, pero al mismo tiempo, se convierte en un espejo para el público. ¿Qué hicimos mal? ¿Qué nos detiene para seguir adelante? Son preguntas que flotan en el aire, acompañadas de risas y confesiones.
Las actuaciones son, sin duda, un punto fuerte. Indiana Guerrero, Camila Pais, Melanie Peralta Camiña, entre otros, logran una conexión palpable. El público no solo observa, sino que se siente parte de una conversación entre amigos. Esa complicidad es difícil de lograr, pero aquí se siente como en casa. Cada actor comparte su historia con una autenticidad que invita a la reflexión. Y la música en vivo, ¡qué lujo! La voz de Oliver Bo se convierte en un abrazo que acompaña cada confesión.
La dirección de Constanza Scioletti brilla. Su enfoque inclusivo y su habilidad para fusionar la actuación con la creación colectiva se nota en cada rincón del escenario. El bar, con sus mesas y vasos que guardan secretos, se convierte en un personaje más, un testigo silencioso de las historias que se despliegan. La escenografía, el vestuario, todo está diseñado con una sensibilidad que realza la experiencia.
Al finalizar la obra, uno se queda con una sensación agridulce. Esta pieza no solo habla del amor y el desamor, sino también de esa extraña necesidad de seguir creyendo, incluso cuando el corazón se quiebra. La obra se convierte en un recordatorio de que, a pesar de las heridas, el amor sigue siendo un territorio en disputa, lleno de matices y emociones.

Es un espectáculo que invita a la reflexión. ¿Por qué seguimos amando, aun cuando duele? La respuesta, aunque no la tenga, parece flotar en el aire junto a las notas de la música. Es una obra que invita a mirarnos y a mirar al otro con nuevos ojos. En un mundo que a menudo parece apurado y desconectado, "Ámame un poquito" ofrece una pausa, un respiro, un espacio donde las emociones pueden fluir.
Así que, si alguna vez te sientes perdido en el mar de las relaciones, te recomiendo que te acerques a este bar de historias. Te encontrarás rodeado de personajes que, como tú, buscan respuestas y sanación. La magia de esta obra radica en su capacidad de tocar el alma, de hacernos sentir parte de algo más grande. No es solo teatro, es una celebración de la vida, del amor, y de la hermosa imperfección que todos compartimos. ¡Ámame un poquito, y deja que te envuelva!
DIRECCION: Constanza Scioletti
Actúan:Indiana Guerrero, Camila Pais, Melanie Peralta Camiña, Candela Pérez Torres, Camila Sebio, Geor Zapata
Intérpretes:Indiana Guerrero, Camila Pais, Melanie Peralta Camiña, Candela Pérez Torres, Constanza Scioletti, Camila Sebio, Geor Zapata
DRAMATURGIA: Colectivo teatral “La Tentantiva”
MÚSICA EN VIVO: Olvier Bo.
VESTUARIO Y MAQUILLAJE: Juan Ignacio Martin
DISEÑO DE ESCENOGRAFÍA : Candela Pérez Torres – Constanza Scioletti
DISEÑO DE LUCES: Lucas Masciotra
DISEÑO GRÁFICO: Constanza Scioletti