La gran carpa del Circo del Ánima flamea en Puerto Madero y anuncia una cita inevitable para todo amante del espectáculo. Flavio Mendoza, referente indiscutido de la escena nacional y creador incansable, redobla la apuesta con “Abre tus alas”, una obra que, más que un simple show, se revela como una experiencia que trasciende los sentidos. La propuesta, ya probada con éxito en la temporada cordobesa, llega a Buenos Aires con novedades en lo técnico y en lo artístico.
Imposible no impresionarse ante la monumental carpa azul y blanca traída desde Italia. Con espacio para 1600 personas y butacas VIP calefaccionadas, el Circo del Ánima promete comodidad y tecnología de avanzada. Allí, Mendoza despliega toda su imaginación en un escenario rotatorio rodeado por pantallas, plataformas hidráulicas y una grilla técnica digna de los más grandes colosos internacionales.
Desde el ingreso al predio, la atmósfera propone un desafío: dejar atrás prejuicios y entregarse al juego de las emociones. Mendoza, que supo deslumbrar con espectáculos como “Mahatma” o “Una mágica Navidad”, ahora se zambulle en una interpretación personalísima del arte circense. “Abre tus alas” exhibe su sello, pero con una potencia visual que sorprende incluso a sus seguidores más fieles.
El eje narrativo escapa a los moldes clásicos. Aquí, tres cazadores de tormentas reciben una misión de una voz suprema: atrapar los elementos desatados de la naturaleza. Sin recurrir a un guión estricto ni a historias convencionales, la obra se presenta como una sucesión de cuadros que transforman el escenario en un microuniverso cambiante. La trama, en lugar de seguir una cronología, convierte a los espectadores en parte activa de la experiencia. Enfrentar el viento, sentir la bruma, recibir el impacto de la lluvia: el público, literalmente, vive la tormenta junto a los artistas.
La clave de este espectáculo se encuentra en su apuesta sensorial. Luces, sonidos y texturas envuelven a cada asistente, abriendo paso a un carrusel de sensaciones que conmueve tanto como asombra. La escenografía recrea paisajes oníricos, los vestuarios despuntan colores vibrantes y la música en vivo transmite tensión y alivio con igual destreza. Los cuerpos de los acróbatas, en escenas de alto riesgo y precisión técnica, arrancan no solo aplausos sino también suspiros de asombro.
Sin embargo, Mendoza no descuida el humor, sello inconfundible en su trayectoria. La participación de los espectadores, sumada a números de baile y momentos de gracia, aporta ligereza y acerca el espectáculo a grandes y chicos. El timón se mantiene firme entre la risa y el estremecimiento, el vértigo visual y la calidez humana.
El elenco, compacto y talentoso, acompaña a Mendoza en una puesta que revaloriza la tradición familiar circense. El homenaje a sus abuelos, piezas clave en el origen artístico de Flavio, late en cada número y refuerza la idea de que el circo sigue siendo un puente entre generaciones. “Abre tus alas” no solo entretiene; invita a la reflexión. Mendoza anima a soltar viejas cargas, a buscar la libertad personal y a enfrentar las tormentas internas con esperanza renovada.
Las funciones pautadas de miércoles a domingos, 20:00 horas, con doble función los fines de semana, a las 17.00 y 20.00 horas aseguran disponibilidad para todo el público. Y en vacaciones de invierno, funciones todos los días, 17.00 y 20.00 horas. El ritmo de venta de entradas anticipa localidades agotadas: la boletería en el predio atiende a diario (todos los días de 10.00 a 21.00 horas), pero Atrápalo ya registra un flujo constante de reservas.
Con “Abre tus alas”, Flavio Mendoza y su Circo del Ánima proponen al público porteño animarse a una travesía novedosa y desbordante. El circo tradicional dialoga con recursos actuales y desafía los límites de la percepción. Un espectáculo que moviliza el cuerpo, sacude el corazón y deja sembrada la semilla de nuevos sueños. Así se vive la nueva era del circo argentino.