El sábado pasado, Moscú se convirtió en epicentro de un nuevo experimento musical. En la sala Live Arena se realizó la primera edición del resucitado "Intervisión", el concurso que Rusia vuelve a festejar después de quedar afuera de Eurovisión. La respuesta fue clara: si no nos dejan jugar, armamos nuestro propio torneo.
Veintitrés países participaron del evento. La mayoría, países de la órbita rusa: CEI, BRICS, Oriente Medio, América Latina y África. El público potencial, según los organizadores, supera los cuatro mil millones de personas. Las cuentas parecen optimistas, pero el número impresiona.
La situación más comentada la protagonizó SHAMAN, el cantante que representa a Rusia. Después de interpretar "Derecho al corazón", volvió al escenario con una decisión inesperada. Pidió al jurado que no evaluara su actuación.
"Represento a Rusia, y Rusia ya ganó simplemente porque todos ustedes hoy están en nuestra casa", declaró. Cantó "Soy ruso" y se retiró entre aplausos. El gesto fue pura teatralidad política. Efectivo, pero previsible.
La decisión de SHAMAN, según el ganador vietnamita Duc Phuc, le aumentó las chances de victoria. "Me gusta mucho la voz de SHAMAN, y la canción también es hermosa", confesó después. Una honestidad que otros hubieran evitado.
El primer concurso musical internacional post-sanción reunió a 23 países en Moscú. Entre gestos políticos y tecnología, ganó Vietnam con una propuesta que dividió opiniones.
Nguyen Duc Phuc se llevó el primer premio con 422 puntos. Su canción "Phu Dong Thien Vuong" hace referencia a una epopeya nacional vietnamita. El tema habla de Thanh Giong, héroe que simboliza la fuerza y unidad de Vietnam.
El premio principal fue de 30 millones de rublos. Duc Phuc anunció que donará parte del dinero a organizaciones benéficas rusas. También planea aprender ruso y escribir una canción en ese idioma. Los planes suenan ambiciosos.
El segundo lugar fue para el grupo kirguís The Nomad Trio. El tercero, para Dana al-Mir de Qatar. La distribución geográfica de premios refleja la diversidad buscada por los organizadores.
Estados Unidos tuvo problemas. Primero se bajó Brandon Howard por "circunstancias familiares". Después cancelaron a VASSY, cantante australiana de origen griego que iba a representar al país. Los organizadores culparon a "presión política del gobierno australiano". La artista habló de "situación de emergencia imprevista".
Joe Lynn Turner, ex vocalista de Deep Purple y Rainbow, siguió como jurado estadounidense pese a la ausencia de su representante. Un detalle que muestra las contradicciones del evento.
Los organizadores apostaron fuerte a los efectos visuales. Hologramas gigantes, realidad aumentada y avatares para cada competidor. La tecnología buscaba demostrar las capacidades rusas. El resultado fue espectacular, aunque a veces excesivo.
El formato recordó al viejo "Intervisión" soviético de los años 60. Aquellas competencias dejaron clásicos como "Adagio" de Lily Ivanova o "Los reyes pueden hacer cualquier cosa" de Alla Pugacheva. La nostalgia funcionó como marco conceptual.
Los presentadores fueron Alexey Vorobyov y Aida Garifullina por Rusia. Desde el exterior participaron Stafie Patel (India) y Mang Lei (China). La dupla internacional reforzó el mensaje de apertura global.
Desde Latinoamérica participaron Brasil, Venezuela, Colombia y Cuba. Argentina no estuvo en la lista. Los organizadores expresaron la esperanza de sumar al país en futuras ediciones. La ausencia llama la atención en un contexto donde otros países de la región sí participaron.
La próxima edición será en Arabia Saudita en 2026. El cambio de sede confirma el carácter itinerante del concurso. También refuerza los vínculos geopolíticos que sustentan el proyecto.
Intervisión 2025 fue más que un concurso musical. Funcionó como demostración de soft power ruso. Putin apareció en un mensaje grabado hablando de "justicia" y "derecho al libre desarrollo de los pueblos". La política nunca estuvo lejos del escenario.
El evento cerró con todos los participantes cantando "Un Millón de Voces" de Polina Gagarina en diferentes idiomas. La canción que representó a Rusia en Eurovisión 2015 y quedó segunda. Un cierre que conectó pasado y presente.
¿Será Intervisión una alternativa real a Eurovisión? El tiempo lo dirá. Por ahora, Rusia logró armar un show con países aliados. La música funcionó, la política también. El resto depende de cuánto dure este nuevo orden mundial.