Cristian Dominguez
19 May
19May

El próximo jueves 22 de mayo, a las 19:30 horas, el emblemático Teatro Nacional Cervantes (Libertad 815), presenta una noche única, la Gala de “La Revista del Cervantes”. A una semana de su estreno esta obra será centro de una gala benéfica, organizada por la Asociación Amigos del Teatro Nacional Cervantes. La misma promete ser una celebración del arte y la cultura argentina, con la presencia de figuras destacadas del ámbito artístico, empresarial y diplomático. 

La temática de la noche será inspirada en los años ‘20, lo que ha motivado a importantes diseñadores argentinos a crear atuendos únicos para los asistentes. Esta iniciativa busca recaudar fondos para el histórico teatro, que recientemente cumplió un centenario, un hito que merece ser celebrado con un evento a la altura de su legado.

 “La revista del Cervantes” es un espectáculo que rinde homenaje a los grandes del teatro argentino. Con un elenco estelar, la obra se desarrolla en un Limbo donde los recordados Tato Bores y Enrique Pinti, como maestros de ceremonias, guían al público a través de la historia del teatro argentino y el género de la revista porteña. La obra se compone de monólogos, sketches y números musicales que evocan a figuras icónicas como Tita Merello y Gloria Guzmán, quienes marcaron una época dorada del teatro en la década del ‘20. Esta superproducción cuenta con la participación de más de 50 artistas en escena, acompañados por una orquesta en vivo, lo que promete una experiencia inolvidable. 



El guion original es obra de Alfredo Allende, Sebastián Borensztein, Juan Francisco Dasso, Marcela Guerty y Juanse Rausch, bajo la dirección musical de Fernando Albinarrate y la dirección general de Pablo Maritano. Una gran propuesta de brillos y plumas, donde cada integrante del elenco aporta su talento, interpretando entre dos y seis personajes distintos, lo que enriquece la trama. 

Por ejemplo, Alejandra Radano y Carlos Casella representan la dualidad de la tragedia y la comedia, mientras que Marco Antonio Caponi revive la esencia de Tato Bores con una admirable interpretación. Sebastián Suñé, en su papel de Pinti, hace que el público rememore las risas de décadas pasadas. Mónica Antonópulos, en un papel multifacético, se convierte en el alma de la obra, transitando entre el espíritu que busca ascender al cielo y la vedette que anima la trama. 

Completan este elenco de grandes artistas, Javier Marra, Fabián Minelli, Iride Mockert, Fran Andrade, Jerónimo Giocondo Bosia, Romina Groppo, Jessica Abouchain y María Rojí, quienes brillan con luz propia en cada una de sus heterogéneas creaciones. Acompañados por la impecable Compañía Nacional de Danza Contemporánea y la Orquesta del Cervantes, ofrecen un espectáculo que deslumbra por su calidad y pasión. 

La gala benéfica tiene un objetivo claro: fortalecer los proyectos culturales del Teatro Nacional, impulsando nuevas voces y promoviendo el acceso a las artes en todo el país. Las entradas están casi agotadas, y se espera recaudar más de 20 millones de pesos, una suma que será vital para apoyar las iniciativas del único teatro nacional de Buenos Aires, conocido por su producción propia de escenografía y vestuario. 


LA REVISTA DEL CERVANTES

Funciones: jueves a domingo 20hs, en la sala María Guerrero del TNC.  

Más info: https://www.teatrocervantes.gob.ar/obra/la-revista-del-cervantes-2/


La Revista Porteña 

La historia del teatro de revista argentino, ese género tan característico de nuestra cultura popular, tiene sus raíces en la gran inmigración europea de finales del siglo XIX. Durante la presidencia de Roca, cuando aproximadamente cuatro millones de inmigrantes desembarcaron en nuestras costas, cada comunidad trajo consigo no solo sus costumbres y tradiciones, sino también sus expresiones artísticas que, al fusionarse, dieron origen a la revista porteña. 

Este género único nació de una combinación perfecta: los franceses aportaron el Music hall con sus espectaculares bailes; los italianos, ese humor desenfadado tan característico; y los españoles, el llamado "género chico", con historias cotidianas y directas. Todo esto, mezclado con nuestro teatro criollo, conformó un espectáculo genuinamente argentino. 



La belle époque, período que priorizaba el ocio y la diversión, marcó el inicio de la sofisticación en la revista. No es casualidad que coincidiera con la construcción de íconos como el Teatro Colón y el Cementerio de la Recoleta. Entre 1920 y 1950 se vivió la etapa dorada del género, con el surgimiento de los capocómicos y la reinvención local del concepto de "vedette", que en Europa designaba a cualquier artista destacado, pero que aquí adquirió un carácter más sensual, asociado exclusivamente a la figura femenina. 

La revista se instaló en la calle Corrientes y aceleró su ritmo, consolidándose como espectáculo popular. Sin embargo, las dictaduras militares impactaron fuertemente en su desarrollo. El humor político, elemento central del género, fue censurado repetidamente. Paradójicamente, durante estos períodos oscuros, mientras se prohibía cualquier contenido sexual en otros medios, la revista se convirtió en un espacio de cierta libertad para el humor picaresco. 

Con el retorno de la democracia en los '80, llegó la época del "destape". El humor revisteril se trasladó a la televisión en programas como "No toca botón" o "Monumental Moria". Para adaptarse, la revista incorporó figuras del under y del café concert. También se produjo un fenómeno significativo: vedettes como Moria Casán pasaron a ocupar el rol de capocómicas, antes reservado a los hombres. 



Los '90 trajeron otra transformación radical: la presencia de artistas trans, como Cris Miró y Flor de la V, que antes era excepcional, se volvió habitual, reflejando cambios sociales profundos. En las últimas décadas, el género ha enfrentado desafíos importantes. El fallecimiento de los grandes capocómicos, el envejecimiento del público y los cambios en el humor de las nuevas generaciones, que ya no conectan con los chistes tradicionales, han llevado a la revista a un estado de letargo.

¿Significa esto su desaparición definitiva? Probablemente no. Así como el circo se reinventó eliminando los animales y enfocándose en las acrobacias, el teatro de revista podría transformarse para conquistar nuevos públicos. Este género tan porteño, que ha influido notablemente en nuestro cine y televisión, merece ser valorado como parte esencial de nuestra identidad cultural. 

A pesar de que frecuentemente lo nuestro es menospreciado –como sucedió con el cine humorístico de los '70 y '80–, la revista porteña representa una expresión artística única que ha trascendido fronteras. Ojalá encuentre el camino para renacer, porque como diría cualquiera de sus protagonistas: el show siempre debe continuar.


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