La obra "La Penúltima Oportunidad", escrita por Rafael Bruza y presentada por la compañía independiente Tedrys Teatro, ha vuelto a iluminar el escenario con su ingeniosa mezcla de comedia negra y reflexión profunda. Bajo la dirección de Sergio Bermejo, conocido por su capacidad para explorar las complejidades humanas, esta producción se adentra en un territorio lleno de ironía y emoción, desafiando al público a reír y pensar al mismo tiempo. Las funciones son los sábados a las 20hs, en el Teatro Piccolino, Fitz Roy 2056, CABA.
Esta pieza nos transporta a un viejo cementerio donde dos almas, Marta y Juana, se reencuentran tras haberse quitado la vida. Ambas comparten un amor común: Matías, el hombre que fue el centro de su rivalidad en vida. Este planteamiento inicial establece un escenario propicio para la exploración de temas como la competencia, la envidia y, sobre todo, la admiración que se oculta tras la fachada de rivalidad.
A lo largo de la obra, las protagonistas navegan por su pasado, reviviendo momentos que revelan no solo sus diferencias, sino también las similitudes que las unieron. Las conversaciones que mantienen, llenas de humor negro y reflexiones filosóficas, permiten al público vislumbrar las complejidades de su relación, así como la lucha por encontrar un sentido a su existencia, incluso en la muerte.
La dirección de Sergio Bermejo se destaca por su habilidad para balancear la comedia con el drama. Su enfoque permite que las actrices brillen en sus interpretaciones, aportando una profundidad emocional que complementa la ligereza de los diálogos. Katherine Feitl y Giuliana Regazzoni, quienes encarnan a Marta y Juana, respectivamente, ofrecen actuaciones memorables. Su química en el escenario es palpable, lo que potencia cada broma y cada momento de tensión.
Ambas actrices no solo poseen un talento innato, sino que también demuestran una sólida formación técnica que les permite jugar con el ritmo y la cadencia de las escenas. Sus personajes, a menudo en conflicto, se convierten en un espejo de las luchas que todos enfrentamos en nuestras relaciones más cercanas.
La escenografía, diseñada por Bermejo y Feitl, se integra de manera efectiva en la narrativa. El ambiente del cementerio, con su aura de melancolía y humor, se convierte en un personaje más de la obra. Las luces, también bajo la dirección de Bermejo, se utilizan creativamente para resaltar momentos clave y para crear un espacio que transita entre lo cómico y lo trágico.
El vestuario, diseñado por Feitl, es otro elemento que merece ser destacado. Cada conjunto no solo complementa la personalidad de los personajes, sino que también refleja el contexto pueblerino en el que se desarrolla la historia. Las alusiones a los hábitos y costumbres locales se entrelazan con los diálogos, enriqueciendo la experiencia teatral.
"La Penúltima Oportunidad" es una obra que, a pesar de su premisa oscura, ofrece una visión esperanzadora sobre la vida y las relaciones humanas. La mezcla de humor y reflexión invita al público a cuestionar sus propias rivalidades y amistades. Bruza, a través de su escritura, logra captar la esencia de lo que significa ser humano: la lucha por el amor, la necesidad de conexión y la inevitabilidad de la muerte.
Esta producción es un recordatorio de que incluso en los momentos más oscuros, hay lugar para la risa y la redención. Una experiencia teatral que no solo entretiene, sino que también invita a la introspección. Recomendada para aquellos que buscan no solo diversión, sino también una reflexión sobre la vida y la muerte, esta obra promete dejar una huella en cada espectador. Sin duda, vale la pena asistir y disfrutar de esta joya escénica que nos ofrece Tedrys Teatro.