27 Sep
27Sep

En el Teatro Azul de Villa Crespo se puede seguir disfrutando de "La receta de Petrona", un espectáculo que rescata la figura de Petrona Carrizo de Gandulfo, la cocinera que cambió para siempre la cocina argentina. Y lo hace bien.

Mirta Altmark y Miriam Simcovich protagonizan esta obra de narración oral que dura una hora. Las dos actrices logran construir el universo de Doña Petrona sin trucos baratos ni artificios. Con un delantal, algunos objetos de cocina y mucha presencia escénica, nos cuentan la historia de una mujer que se animó a desafiar su época. 

La puesta de Claudia Stella es inteligente. No hay grandes decorados ni efectos especiales. Todo se apoya en la palabra, el gesto y la complicidad con el público. Las narradoras alternan entre ser Petrona y Juanita, su asistente más famosa, pero también nos muestran a la mujer detrás del personaje mediático. 



Porque Petrona C. de Gandulfo (1898-1992) fue mucho más que una cocinera con delantal y collar de perlas. Nacida en La Banda, Santiago del Estero, llegó a Buenos Aires cuando las mujeres tenían pocas opciones más allá del matrimonio y la casa. Ella eligió otro camino. 

La obra repasa su trayectoria desde sus primeros trabajos como ecónoma hasta convertirse en la primera celebrity chef argentina. Sus libros de cocina, sus programas de radio y televisión la transformaron en una figura que llegaba a todos los hogares del país. Era una influencer antes de que existiera la palabra. 

Altmark y Simcovich manejan bien los registros. Pueden recrear los programas de televisión con humor y ternura, pero también tocan los aspectos más duros de la vida de Petrona. Una mujer que trabajó desde chica, que tuvo que pelear por su lugar en un mundo de hombres y que nunca abandonó su vocación. 

La investigación de Mirta Altmark y Miriam Simcovich se nota en cada escena. No se conformaron con repetir los lugares comunes sobre Doña Petrona. Fueron por más: entrevistaron a su familia, revisaron fotos y anécdotas, construyeron un retrato complejo de una mujer compleja. 

El espectáculo funciona porque no idealiza a su protagonista. Petrona aparece como una mujer de carácter fuerte, ambiciosa, que sabía lo que quería y fue por ello. No fue una santa de la cocina sino una profesional que supo construir su carrera con inteligencia y perseverancia. 

Las actrices logran que el público se conecte con la historia sin necesidad de haber conocido los programas originales de Petrona. Los más jóvenes descubren a una precursora, los que crecieron con sus recetas reviven momentos de su infancia. Y todos entienden por qué esta mujer marca un antes y un después en la cultura popular argentina. 

La dirección de Claudia Stella mantiene el ritmo sin altibajos. La obra no se estira ni se queda corta en su duración. Los sesenta minutos pasan rápido, lo que siempre es buena señal en teatro. La escenografía de Agustín Justo Yoshimoto y la iluminación de Rubén Areces acompañan sin protagonismo. Todo está al servicio de las narradoras, que son quienes cargan la obra sobre sus espaldas. 

¿Hay algo que no funciona? Tal vez algunas transiciones podrían ser más fluidas y ciertos momentos emotivos se sienten un poco forzados. Pero son detalles menores en una propuesta que cumple con lo que promete. 



"La receta de Petrona" es un homenaje justo a una mujer que se adelantó a su tiempo. También es un recordatorio de que las pioneras no siempre tienen el reconocimiento que merecen. Petrona fue una revolucionaria de la cocina, pero sobre todo fue una mujer que se animó a soñar en grande cuando eso no estaba permitido. 

El espectáculo se presenta los sábados a las 17:30 hasta finales de octubre en el Teatro Azul, Corrientes 5965. Las entradas cuestan $15.000. Vale la pena ir a conocer la historia de la mujer que nos enseñó que cocinar podía ser mucho más que una obligación doméstica.


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